El Máster en Teatro Aplicado en Futuraescena
“Los científicos, matemáticos e ingenieros pueden descubrir soluciones a los problemas del mundo actual, crear productos que impulsen la economía, pero son los artistas quienes plantean las preguntas profundas que revelan la dirección en que debemos tomar para avanzar realmente”.
Los días 27, 28 y 30 de enero se celebró en Madrid el foro “Futuraescena: Artes Escénicas siglo XXI” organizado por la Academia de las Artes Escénicas de España. Este foro se define como un encuentro para el diálogo profundo y abierto donde todas las disciplinas de las artes escénicas se interrelacionan para cuestionarse, descubrirse y soñar nuevas formas de conexión con el alma de una sociedad que cambia, crece y se reinventa.
El foro se estructuró en tres jornadas:
- Jornada I: necesidad de las artes escénicas hoy
- Jornada II: los actores tecnológicos y sus artes
- Jornada III: ensayando el futuro
En la III Jornada, la ponencia marco “Las artes escénicas en la educación: fundamentos y retos” corrió a cargo de Tomás Motos (codirector del Máster en Teatro Aplicado de la Universidad de Valencia).
La idea fundamental defendida por Tomás Motos se centró en que las artes escénicas reclaman mayor presencia en el ámbito educativo por los beneficios que aportan para el desarrollo personal y social. La conferencia se estructuró en los apartados siguientes:
- ¿Qué puede aprender la educación de las AAEE?
- Efectos de la práctica de las AAEE en el desarrollo personal y social. Pensamiento de los profesionales de AAEE y del profesorado. Pensamiento del alumnado
- Retos y desafíos. Necesidad de la mediación. Eliminación de barreras (físicas, psicológicas, culturales). Formación del profesorado como artista pedagogo. Educación inclusiva y diversidad.
- Mensaje final: sembrando el deseo.
A lo largo de la conferencia, se detuvo en los resultados de estudios llevados a cabo desde el Máster en Teatro Aplicado, que confirman, con encuestas entre el profesorado y el alumnado, que la práctica escénica crea «espacios de afecto y solidaridad», abre vías de escape de los problemas cotidianos, genera confianza y sentimientos de seguridad, desarrolla la creatividad y la empatía, ayuda a construir la identidad y a tomar conciencia de la realidad exterior, entre otros beneficios.
A partir de estas constataciones, Tomás Motos reclamó la preparación del profesorado, el desarrollo de la figura del «profesional artista-pedagogo», formado tanto en artes escénicas como en didáctica de la materia. El autor de “Trabajo de Sísifo. Las artes escénicas en la educación” ha situado entre los retos en este campo «la mediación» para «llenar el espacio vacío entre el espectáculo y el espectador», con actividades que deben proporcionar información sobre la obra, el contexto y su traslación al momento actual, además de conocimiento sobre «los signos que constituyen el lenguaje específico de la obra». De ese modo, desde el teatro aplicado y la pedagogía teatral, se contribuiría al objetivo de dar a conocer las artes escénicas y provocar «el deseo» de acercarse a ellas.
Después de todas estas reflexiones de Tomás Motos (ver vídeo) nosotros desde el Máster en Teatro Aplicado nos seguimos preguntando por qué si las artes escénicas aportan tantos beneficios a la enseñanza ocupan un lugar tan al margen del margen.
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