Teatreros con la Web 2.0

Hamlet-Los_Comicos_representan_ante_el_Rey_Claudio.

Hamlet de Peter Brook

HAMLET.- Tampoco seas muy tibio: tú deja que te guíe la prudencia. Amolda el gesto a la palabra y la palabra al gesto, cuidando sobre todo de no exceder la naturalidad, pues lo que se exagera se opone al fin de la actuación, cuyo objeto ha sido y sigue siendo poner un espejo ante la vida: mostrar la faz de la virtud, el semblante del vicio y la forma y carácter de toda época y momento. Si esto se agiganta o no se alcanza, aunque haga reír al profano, disgustará al juicioso, cuya sola opinión debéis valorar mucho más que un teatro lleno de ignorantes. Shakespeare

Si la materia del teatro son las relaciones interpersonales, los temas universales (amor, muerte, poder, amistad, soledad, etc.) y los conflictos humanos en todas sus dimensiones, en los últimos tiempos estamos viendo como todos  estos temas propios del teatro y de la vida en general se están viendo afectados, cada día más, por la irrupción masiva de Internet y las redes sociales. Un hecho sociológico que las gentes de teatro no pueden pasar por alto. Pero en este terrerno no todo es negativo como algunos nos quieren hacer ver.  Tal y como sucedió con otras invenciones humanas, estas nos son ni buenas, ni malas por definición, sino que depende del uso que de ellas hagamos. En este sentido  el género teatral ha encontrado, por fin, un aliado en las redes sociales que está permitiendo el resurgir de un teatro de proximidad, alternativo, diferente, único, que puede sobrevivir gracias a la democratización de Internet que permite a cualquier usuario organizar una campaña de marketing de cualquier proyecto teatral y encontrar sin problemas una respuesta eficaz entre el público joven y bien informado.

Más que grandes medios económicos los grupos de teatro lo que necesitan son ideas, proyectos y productos teatrales que respondan a las necesidades e inquietudes de sus convecinos o que sepan cómo motivarlos. Si tenemos la idea, conseguir que los usuarios la hagan suya es relativamente fácil si sabemos utilizar las redes como espacio para la comunicación y la interacción con nuestros público potencial. En primer lugar, necesitamos diseñar una campaña de marketing que ponga el acento en los  mecanismos de participación e implicación de los usuarios a los que nos dirigimos. En segundo lugar, deberemos mantener vivos los foros que nos permita interactuar con esos «espectadores juiciosos» de los que habla Shakespeare en la cita y hacerles partícipes de nuestro proyecto, y por último intentar crear una «comunidad virtual» que tenga una faceta también en la vida real y en los encuentros teatrales (antes y después de la representación). Es decir que tenemos los mecanismos suficientes al alcance de cualquier coordinador de proyectos para conseguir que estos seguidores virtuales dejen de darle al click de me gusta y vengan a las salas en cuerpo y mente.

Cada vez más nos encontramos con teatreros cibernautas que saben sacarle provecho a la red para mantener vivos los proyectos que crean y los públicos que les siguen.  Estos teatreros con los instrumentos de la Web 2.0 son «prosumidores«, es decir, usuarios de la red que no se limitan a consumir contenidos sino que saben cómo crearlos y lo que es más importante cómo compartirlos y comunicarlos para lo cual siguen algunos principios básicos no escritos pero asumidos por todos:

  • Promueven el carácter colaborativo para la creación de contenidos en red, en el que la figura del autor o director se ciñe a ser quien impulse la línea de pensamiento que al final se elabora entre todos los participantes.
  • Asumen que han desaparecido las fronteras entre el trabajo profesional y las aportaciones amateurs tanto en la crítica teatral, en la interpretación actoral, como en la creación de textos. En la web tan importante es el conocimiento profundo que tengamos del tema que tratemos como el saber ponerlo en circulación.
  • Aparecen las figuras de los superusuarios de la red o «residentes digitales» que saben crear una comunidad de lectores, escritores y usuarios de las propuestas culturales que divulgan de manera viral ya que la han adquirido un liderazgo natural por sus servicios a una comunidad específica en este caso a los amantes del teatro.
  • Utilizan el etiquetado social (marcadores socials, tags o etiquetas en blogs y webs, hashtags en twitter, etc.) para dar a conocer sus preferencias estéticas o proyectos que consideran relevantes.

A continuación os ponemos algunos ejemplos de críticas teatrales en red y su repercusión en los usuarios:

  • #tuiteatreros : «Jo de major vull ser Fermín Jimenez«. El Pont Flotant (grupo colaborador del Postgrado) está convirtiéndose en una compañía teatral casi de culto a nivel nacional e internacional gracias a los comentarios de los tuiteatreros que como comprobaréis son los que marcan las tendencias al margen de los medios de difusión masivos. Otros hastags habituales: #teatroentwitter; #teatro; #teatroenlaeducacion…
  • #teatroblogs : desde hace tiempo hemos impulsado una «blogosfera teatral» que contribuya a la visibilización de los proyectos teatrales emergentes y que tienen en cuenta la vertiente educativa.
  • #postfunció : una muy buena manera de compartir las críticas de espectáculos y compartir entre iguales.

Y ahora os preguntaréis que ¿por dónde empezar? porque, a poco que hayáis navegado por el mundo del teatro en el ciberespacio habréis comprobado la infinidad de fórmulas para intentar captar la atención del público potencial. De entrada os propondríamos de armar bien vuestro proyecto teatral como hecho comunicativo y a continuación que intentéis definir una «identidad digital» coherente para este proyecto. Para que esta identidad digital sea efectiva será importante que analicéis las características de los instrumentos de la Web 2.0 que vayáis a utilizar, es decir, que sean accesibles y prácticos, colaborativos, sociales, multidireccionales, interactivos -que se puedan dejar comentarios, navegables, espacios flexibles con posibilidades de transformación (no hay nada más poco sugerente que una página estática), que se pueda remezclar, rehacer y compartir con facilidad y sobre todo con posibilidad de sindicación de contenidos.

El siguiente paso para que nuestro proyecto teatral funcione en las redes consistirá en poner nuestro potencial creativo al servicio de la idea. Exactamente igual como un director de escena piensa en todos los  signos teatrales, se asesora con un buen dramaturgo y  confia en el saber hacer de escenógrafos, diseñadores de vestuario, creadores de espacios lumínicos o en un buen atrezzista, aquellos que queráis orquestar una buena campaña de difusión en las redes deberéis colaborar con especialistas que os ayuden a crear multimedias sociales que ayuden a que el mensaje llegue al público. Par ello os ponemos algunos referentes (hay muchos más pero estos son los más sociales) que estamos utilizando para el Postgrado de Teatro en la Educación:

Este pequeño listado es solo a título ilustrativo porque Internet está en continua evolución y los usuarios más jóvenes han aprendido a fluir por la red («Be water my friend«) y a no engancharse a ningún recurso que no responda a las necesidades de cada momento. Con todo, no cabe olvidar que las tecnologías no son nada si no nos sirven para conectar con las personas, que para que las personas conectan desde la esencia que es el juego como recuerda Peter Brook, pues lo dicho…

… NOS VEMOS EN LOS TEATROS.

NOTA: módulo coordinado por Antoni Navarro (en el enlace podréis ver un resumen de mi identidad digital que constituye mi PLE). Las imágenes de portada pertenecen a Peter Brook y a «Teatro comunitario de Madrid» a quienes agradecemos haberlas compartido.

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