Valoración crítica de textos teatrales

¿Por qué continúa teniendo sentido la crítica de artes escénicas?

Esta es la pregunta nuclear de este módulo. Surge de la percepción de que la crítica profesional ha perdido peso en la era del ciberespacio, ya que se multiplican los espacios de opinión, por lo que el crítico profesional ha perdido valor. Pero la pregunta es si también la crítica, en sí, ha perdido peso. Si es así, ¿cuál es la razón o razones? Pueden ser muchas, pero una de ellas es, sin duda, la confusión que se produce muchas veces entre relativismo y pluralismo. De ahí la necesidad de un marco para ajustar el concepto y el derecho de la crítica a una realidad actual. Porque la crítica es una expresión inscrita en la historia de la cultura y uno de sus problemas es su propia cultura. Por ello urge reencontrar su cultura, su relato. El mejor relato es repensar su papel de ayudar a clarificar de la complejidad de la actividad artística y de la sociedad en la que está inmerso.  La buena crítica es, también, la que suscita e incita la capacidad crítica del espectador, su relación con la obra de arte y la manera de valorarla. Esto demanda la redefinición de un crítico que sea una síntesis de la persona que reflexiona y opina, que se interroga y vive una constante atención a las relaciones entre arte y sociedad. Este es, en fin, el asunto nuclear de este módulo del Master de teatro aplicado, porque, como dijo Adolfo Marsillach, “ni el arte ni la inteligencia, ni el poder ni la sociedad, ni, seguramente, la vida, tendrían sentido sin un mínimo -o máximo- de ejercicio crítico«.

Módulo a cargo de Enrique Herreras, Doctor en Filosofía, profesor de Ética y Filosofía Política en la Universitat de Valencia y de Estética en la Escuela Superior de Arte Dramático valenciana. En el campo periodístico es columnista de opinión y crítico de Artes Escénicas en diferentes medios de comunicación y colaborador en diversas revistas especializadas

Nota: la imagen corresponde a Lucía Miranda –The Cross Border Project– que estaba encargada del premio del público en los Premios Max 2019 y propuso a las gentes de teatro un juego de escribir una carta de amor al público en cuatro movimientos con los que reflexionar sobre la importancia de mantener un público crítico, diverso, curioso y apasionado.